martes, 17 de julio de 2012

Paulo Coelho

"Desde el cielo, el Señor sonríe de contento, porque era esto lo que Él quería, que cada uno tuviese en sus manos la responsabilidad de su propia vida. Al fin y al cabo, había dado a sus hijos el mayor de todos los dones: la capacidad de escoger y decidir sus actos." (p. 186)

"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.


En cuanto de hadas, las princesas besan a sapos que se convierten en príncipes, en la vida real, las princesas besan a príncipes que se convierten en sapos.

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